Mi nombre es Janeth Peñaloza Sánchez, soy psicóloga y estoy en situación de discapacidad. Desde que nací, me enfrenté a la artrogriposis múltiple, una condición que ha sido un reto constante en mi vida. Con 26 años, ya he pasado por 10 procedimientos quirúrgicos diversos, pero gracias a mi tesón y el apoyo incondicional de mi familia y amigos, he superado muchos obstáculos que se han presentado a lo largo de mi camino.

En esta vida, me gusta divertirme y también, como cualquier persona, a veces me enojo. Amo a las personas, las plantas, los animales y, sobre todo, la vida misma, a pesar de los desafíos que enfrento día a día. Como muchos jóvenes con discapacidad en nuestro país, he logrado vencer barreras y acceder a una educación inclusiva. Pero reconozco que todavía hay muchos más que luchan por una oportunidad de inclusión, especialmente en el ámbito laboral.

Desafortunadamente, en nuestro país, la sensibilización frente a la discapacidad sigue siendo escasa, y las fundaciones que supuestamente trabajan en la inserción laboral no cumplen sus promesas. Los empleos que ofrecen no se ajustan a nuestra formación profesional ni a nuestras necesidades económicas.

Por mi propia experiencia, he decidido dedicar mi tiempo y esfuerzo a brindar ayuda a otras personas en situación de discapacidad, como yo. Sé lo difícil que es vivir con una discapacidad, pero también creo que la integración y la participación son posibles si trabajamos juntos para conseguirlas.

Veo la necesidad de crear espacios de encuentro para personas que compartimos la realidad de vivir con una discapacidad. La vida, con o sin discapacidad, es una mezcla de dolor, placer, tristezas y alegrías. Pero quien decide aislarse, se estanca y pierde la oportunidad de disfrutar plenamente. Por eso, quiero ayudar a otros a vivir de forma plena y favorecer una verdadera integración comunitaria, sin importar las diferencias que podamos tener.

Creo firmemente que al honrar la vida y apoyarnos mutuamente, podemos trascender cualquier barrera y alcanzar una existencia significativa. Siempre hay un propósito en cada paso que damos, y estoy dispuesta a seguir luchando por una sociedad más inclusiva y respetuosa. Juntos, podemos hacer la diferencia y lograr que la discapacidad no sea un obstáculo para el crecimiento personal y la realización de sueños.